AlternaUdea
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.
Firefox
Buscar
 
 

Resultados por:
 


Rechercher Búsqueda avanzada

Últimos temas
» PAPAS EN LA MOCHILA
EL PAPEL DEL DOLOR Y LA FRUSTRACIÓN EmptyLun Mar 09, 2009 1:29 pm por Marvel

» MUJERES QUE CORREN CON LOS LOBOS
EL PAPEL DEL DOLOR Y LA FRUSTRACIÓN EmptyDom Oct 26, 2008 3:11 pm por Ariadna

» GRITOS Y SUSURROS
EL PAPEL DEL DOLOR Y LA FRUSTRACIÓN EmptySáb Sep 27, 2008 12:20 am por Marvel

» Canción Infantil para despertar a una paloma morena de tres primaveras
EL PAPEL DEL DOLOR Y LA FRUSTRACIÓN EmptyJue Sep 18, 2008 3:56 pm por Ariadna

» 10 PASOS PARA LOGRAR SU PROPIO INFARTO
EL PAPEL DEL DOLOR Y LA FRUSTRACIÓN EmptySáb Ago 09, 2008 1:48 pm por Ariadna

» LO PROHIBIDO DE NERUDA
EL PAPEL DEL DOLOR Y LA FRUSTRACIÓN EmptyVie Ago 08, 2008 11:13 pm por Marvel

» EL BIEN Y EL MAL
EL PAPEL DEL DOLOR Y LA FRUSTRACIÓN EmptyJue Ago 07, 2008 11:15 pm por Marvel

» Ayudar o no a quienes lo necesitan?
EL PAPEL DEL DOLOR Y LA FRUSTRACIÓN EmptyJue Ago 07, 2008 8:20 pm por Marvel

» MUERE LENTAMENTE
EL PAPEL DEL DOLOR Y LA FRUSTRACIÓN EmptyMiér Ago 06, 2008 11:53 pm por Marvel

Navegación
 Portal
 Índice
 Miembros
 Perfil
 FAQ
 Buscar
De regreseo
AlternaUdeA de la bienvenida a toda la comunidad universitaria y espera que tras estas vacaciones todos regresen con los ánimos recargados y dispuestos a continuar dando la pelea, en las aulas, en los puestos de trabajo, en la lucha cotidiana por lo que creemos, por lo que somos y lo que soñamos ser.Fuerza¡¡
Firefox

EL PAPEL DEL DOLOR Y LA FRUSTRACIÓN

Ir abajo

EL PAPEL DEL DOLOR Y LA FRUSTRACIÓN Empty EL PAPEL DEL DOLOR Y LA FRUSTRACIÓN

Mensaje  Ariadna Miér Jul 02, 2008 8:01 pm

[u][i][b]EL PAPEL DEL DOLOR Y LA FRUSTRACIÓN Sad Arrow Laughing

[center]Por: Leo Buscaglia (1987)


La persona que se desempeña plenamente como tal, acepta el dolor emocional como una realidad inevitable de la vida. De hecho lo toma como un estímulo indispensable para cambiar. Esto no quiere decir que se pida el dolor ni que se queda pasiva esperando ser lastimada, sino comprende que ese dolor significa no solamente incomodidad, pero también se puede utilizar como una fuerza positiva para crecer en nuestro aspecto humano. Una vida sin dolor, si fuera posible una vida así, no sería más que una vida en parte, porque el dolor y la alegría están interrelacionados, a veces dependientes uno del otro y, en ciertas circunstancias, uno crece a partir del otro.

La persona que funciona plenamente está conciente de que el dolor emocional en gran parte es provocado por uno mismo. No surge, como muchas veces suponemos, de las acciones ajenas, de una situación negativa o de un hecho desgraciado. Es nuestra reacción personal a estas cosas. No son los demás que ocasionan nuestra infelicidad, somos nosotros mismos. En un sentido muy real, nosotros somos directamente responsables de nuestro dolor. O bien podemos atormentarnos por nuestra condición humana y maldecir a nuestros amigos, familia, sociedad y a Dios, a quienes hacemos responsables de ello, o bien la aceptamos y hacemos algo constructivo y personal para mejorarla. La primera decisión continuará creándonos dolor inútil, la otra nos dará soluciones. Puede ser posible que experimentemos una depresión irremediable con la idea de nuestra inevitable ancianidad y muerte, depresión que nos priva de nuestras posibilidades presentes para vivir; o podemos ver la existencia de estos fenómenos como un incentivo para mejora la calidad de nuestra vida ahora. Un rechazo personal se puede tomar como una barrera infranqueable y como razón para mirar nuestro comportamiento más de cerca y con carácter crítico y, así, corregirlo y ocasionar el cambio del comportamiento de los demás hacia nosotros. La decisión es nuestra. Como surgió Nikos Kazantzakas con valentía: “Tenemos pintura y pinceles, pintemos el paraíso y entremos en él”. Pero, si también lo deseamos, podemos crear un infierno para nosotros. Sin embargo, si elegimos crear el infierno, percatémonos que es nuestra propia decisión y, por lo tanto, no podemos culpar a nuestros padres, amigos, familia, sociedad, a Dios por entrar en él. Nada ni nadie puede deprimirnos o causarnos dolor si decidimos que no sea así.

Aún así hay mucho que aprender del dolor, y como la mayoría de nosotros no somos lo suficientemente fuertes para rechazarlo sanamente, lo podemos seguir usando para nuestros objetivos.

La mayoría de las personas detestan la sola idea del dolor y lo ven como un aspecto totalmente negativo de la existencia. Buscan evadirlo por cualquier medio. Realizan toda clase de gimnasia mental, se tragan prácticamente toneladas de píldoras al día o se ciegan con fuentes momentáneas de alivio como es el alcohol, los tranquilizantes y las drogas. Algunos, en la desesperación, eligen inclusive la psicosis, un escape total de los aspectos dolorosos de la realidad. No se dan cuenta que el dolor puede ser una fuerza dinámica para ayudarnos a cobrar conciencia. De hecho, estoy seguro de que el crecimiento continuo depende de cierto grado de incomodidades, y que el grado de cambio está positivamente relacionado con el grado de dolor. El dolor es una forma muy humana de exigir cambio.
Si no fuera por el dolor físico, no sabríamos cuando estamos enfermos y en peligro fisiológico, y pronto moriríamos. El dolor físico, aunque ciertamente desagradable, nos pone en alerta sobre el hecho de que hay una falla en el sistema que requiere atención inmediata. Si atendemos enseguida un dolor de muelas, podemos salvar de la extracción, a la pieza. Si tratamos de pasar por alto el dolor, puede ser que momentáneamente cese, pero la pieza dental se sigue deteriorando y a la larga morirá.

Ese es el caso del sufrimiento mental. Si cada vez que lo experimentamos lo acogemos con interés y le damos nuestra inmediata atención haciéndonos la pregunta: “¿De qué se trata este dolor? ¿Qué hay en él que yo pueda aprender? Cuáles son mis alternativas además de sufrirlo?”. Entonces, quizás, podamos descubrir la verdadera razón del dolor y llegar a conductas alternas creativas para ayudarnos a superarlo. Cuando intentamos culpar a nuestro dolor, negarlo o sublimarlo, es muy probable que descubramos que éste se repite y se repite, y como resultado terminamos experimentando el mismo dolor una y otra vez. Tengo una amiga, por ejemplo, una adorable aunque solitaria señora, que se ha casado cinco veces con el mismo hombre, variando la forma. A pesar de que cada matrimonio le ha producido la misma desesperación, no ha aprendido nada de cada uno de ellos y, así, es muy probable que repita su error por sexta vez. Aun cuando, por lo menos, tiene un factor positivo que la alienta, no se da por vencida.

Hay personas que corren todavía mucho más peligro porque al experimentar el dolor, crean inmediatamente estrategias protectoras para el futuro. Se entregan a la apatía, se acobardan y paralizan ante el temor, o se inhiben ante cualquier interacción. Una vez que han identificado una situación dolorosa específica, nunca más volverán a intentar, voluntariamente, pasar por otra situación similar. Están seguros de que los resultados siempre serán los mismos. Si en alguna ocasión los rechazaron en una relación amorosa es muy probable que desconfíen del amor, se vuelven cautelosos ante la ternura y sospechen de los amantes. Es posible que escojan el aislamiento aunque su soledad sea más dolorosa que el rechazo original.

También hay personas que se enfrentan al dolor como a un amante, pero en igual sentido de que al tratar de retener a un amante cautivo, el precio es muy alto. El aferrarse al dolor hace que se consuman grandes cantidades de energía psicológica y destruye la creatividad que se podrá utilizar en una vida activa. Muchas personas viven arrastrando sufrimientos inútiles durante toda su vida, a los cuales no se han enfrentado o resuelto y que a través de los años han acumulado fuertes sentimientos de amargura, temor, odio, y venganza, esto, inclusive, hasta cuando el dolor o su causa han sido olvidados. Solamente les sirvió para sospechar de todo, para convertirse en seres cautelosos, duros y escépticos. Cuando nos aferramos al dolor terminamos castigándonos a nosotros mismos.

La persona que funciona plenamente saca valentía y fortalezas de su desesperación. La ve como un sistema positivo de alerta que le advierte que debe actuar y cambiar y, por lo tanto, la ve como parte integral del crecimiento. Sabe que el dolor no puede eliminarse de la existencia, que es real y que debe estar dispuesta a conocerlo como algo propio. Después de hacer esto y habiendo aprendido de él, está liberada para perdonar y dejarlo ir para siempre.
[/justify]
Ariadna
Ariadna
Estudiante normal
Estudiante normal

Cantidad de envíos : 44
Edad : 37
Localización : Medellín
Fecha de inscripción : 14/06/2008

Volver arriba Ir abajo

Volver arriba


 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.